
Ir a ver este sol de atardecer en Long Beach es de los momentos que más disfruto. El recorrido de ida y vuelta me toma como una hora, a rodada lenta (cual reina de la primavera en desfile de primaria con todo y capa roja de terciopelo).
La bicicleta es un préstamo, se parece a la que tengo en casa, también es pesada, pero ésta es para chica y tiene suspensión delantera. Extraño tener que ser intrépida en el df cuando me traslado en la bici, pero aun así quiero llevarme esta tranquilidad longbeacheana para todos lados.
1 comentario:
Qué bonita foto! Saludos chilangos.
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