viernes, 29 de agosto de 2008

tiempo

golpea, sonríe... pasa... pasa... pasa... y golpea y sonríe, golpea mientras sonríe, sonríe mientras golpea.
No, no es verdad... pasa, porque no lo puede evitar, y se lleva lo que puede, te deja todo lo que no puede salir de la memoria, de la piel, del registro de aromas, de sonidos, de la mirada.
Mi mirada que tiene tantas imágenes guardadas que difícilmente puede mirar lo que hoy ve, mi nariz que casi se reúsa a respirar, mis manos, mis brazos, que por el momento no quieren sentir, mi boca que poco quiere probar, mucho menos decir. Con eso no puede el tiempo, aunque su paso es un golpe, una bofetada, una caricia, una sonrisa... tiempo, ése que pasa por aquí.

domingo, 24 de agosto de 2008

desde aquí

imagino, sueño,
construyo, realizo
hablo, escucho
enmudezco
me levanto, me siento,
sigo a pie
duermo
despierto
quiero volar

martes, 19 de agosto de 2008

9 horas

Un mandato de la naturaleza, una noche sin luz -sin tv, sin radio, sin computadora, sin internet. Me reúso a lastimarme los ojos leyendo con velas, insuficientes para la lectura y la concentración. La naturaleza manda, así debería ser siempre, no hay otro opción... dormir.
O al menos anhelar quedarse dormida contando las estrellas que brillan más allá del techo de mi habitación (aunque mirada no llegue hasta allá, mis deseos sí). Pensar en el meteorito que pasa a un lado de los cuerpos celestes. En los hoyos negros que se devoran todo. Las constelaciones que se acomodan y reacomodan para ser interpretadas. Los años luz que nos llegan a engañar.
Por fin, 9 horas de sueño casi ininterrumpido (tal vez ese suspiro propio que me despierta cada madrugada decida cambiar de horario).

miércoles, 13 de agosto de 2008

luz de fondo

Retroceder un poco para correr con más fuerza no me ha resultado tan fácil. Aunque con ese ir para atrás mi memoria funciona mejor, memoria de alegrías, de sonrisas, de ti... de los momentos que me mantienen firme (fuerte y valiente), aunque a veces mis piernas parecen ser de arena.
No me gusta la distancia, me apego al silencio, rehuyo de las multitudes.
Me quedo con el sol que lo ilumina todo, que revela la sombra precisa, que da espacio al viento fresco. Me quedo con todo esto, con lo que hoy soy y con este camino que construyo hacia ese verde oculto en la neblina, esa mirada, esa paz.