viernes, 29 de agosto de 2008

tiempo

golpea, sonríe... pasa... pasa... pasa... y golpea y sonríe, golpea mientras sonríe, sonríe mientras golpea.
No, no es verdad... pasa, porque no lo puede evitar, y se lleva lo que puede, te deja todo lo que no puede salir de la memoria, de la piel, del registro de aromas, de sonidos, de la mirada.
Mi mirada que tiene tantas imágenes guardadas que difícilmente puede mirar lo que hoy ve, mi nariz que casi se reúsa a respirar, mis manos, mis brazos, que por el momento no quieren sentir, mi boca que poco quiere probar, mucho menos decir. Con eso no puede el tiempo, aunque su paso es un golpe, una bofetada, una caricia, una sonrisa... tiempo, ése que pasa por aquí.

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